¿Qué es y
a quien representa el Fondo Monetario Internacional? A juzgar por sus mágicas
fórmulas para salir de la crisis, el FMI es el bufete de abogados de la patronal.
Sus esbirros. Sus adalides. Su más reciente ocurrencia es que en España los
sueldos deben reducirse un 10% para que se pueda crear empleo. Y yo me pregunto
¿Por qué no les piden a los verdaderos culpables de esta tragedia que reduzcan en un 10% sus
beneficios?
Hace tan
solo tres días se podía leer en El País que el BBVA había duplicado sus
ganancias en 2013. Y un día antes, que el Santander había obtenido en el primer
semestre de este año más que en todo 2012, noticia esta que coincidía con otra, más
sangrante aún, según la cual el estado español daba por perdidas la mayoría de
las ayudas a la banca.
El estado
español, por si alguno todavía no ha caído en la cuenta de ello, no son el Rey,
ni Rajoy, ni la señora Cospedal, ni el PP, ni los ministros, ni el parlamento. Somos
todos nosotros, los ciudadanos, ustedes que leen esto y yo. Con nuestro dinero,
pero sin nuestro consentimiento, se han reflotado empresas privadas que ahora
obtienen pingües beneficios de los que ni ustedes ni yo percibiremos un
céntimo. Y ahora, para que se dignen a crear puestos de trabajo, el FMI aconseja que se rebajen los
salarios de los trabajadores, mientras sus ejecutivos siguen cobrando millones de
euros anuales, el IBEX festeja que las firmas cotizadas ganaron un 59,3% más en el primer trimestre de este año y los especuladores como siempre continúan llenándose los bolsillos.
El Fondo
Monetario Internacional no cree que los responsables de esta
agonía deban reducir un poco, siquiera un poquito, sus indecentes beneficios
¡No! Lo que la señora Lagarde opina es que nosotros, españolitos, vagos,
insolidarios, tramposos, festeros, borrachos y despilfarradores a más no poder,
ganamos mucho, demasiado, y no dejamos margen suficiente a nuestros empleadores
para que puedan seguir forrándose como hasta ahora han venido haciendo.
Sinceramente,
qué difícil resulta ser correcto y escribir con educación ante una noticia así.
Uno tiene que hacer un esfuerzo de contención enorme y morderse la lengua hasta
sangrar para no cagarse en la puta madre que los parió.
¡Perdón!
No he podido evitarlo. Haré lo posible para que no vuelva a ocurrir.