miércoles, 14 de abril de 2010

El Supremo convoca a la prensa

Vaya, así que ahora los jueces se dedican a convocar ruedas de prensa y a dar explicaciones a los medios de sus actos. Novedad alucinante esta. Podrían haber empezado hace tiempo. Estoy aún esperando que dieran explicaciones de por qué se permitió que el amigo, amiguísimo, del honorable presidente de la Comunidad Valenciana, pudiera sobreseer la causa contra éste. Eso sí, sin que la intimísima amistad que unía a ambos impidiera en ningún momento, por supuesto, que la decisión del juez fuese absolutamente imparcial. Del mismo modo que me consta, nos consta a todos, que la animadversión manifiesta del señor Varela hacia el juez Baltasar Garzón, no puede ni debe hacernos dudar de su total neutralidad a la hora de solicitar veinte años de inhabilitación para este. Veinte años, sí, ni más ni menos, vamos, para que les quede bien clarito a todos que ese diablo no vuelve a matar más moscas con el rabo. Por cierto, qué detalle curioso que inicialmente hubieran convocado tan solo a la prensa extranjera. Excepción esta prudentemente corregida horas más tarde. Sería para explicarles a los guiris lo que los periodistas nacionales ya conocen de primera mano desde 1939, a saber, que en este país la derecha hace lo que le da la gana, incluso cuando gobierna la izquierda. Eso a nosotros, claro, no tienen que explicárnoslo, lo hemos mamado desde pequeñitos. Pero a los británicos, estadounidenses, franceses y demás demócratas ignorantes que se creen que saben algo de nuestra justicia patria, a esos, desde luego, hay que darles una buena lección. Lo único realmente supremo de este alto tribunal es su estulticia.

martes, 13 de abril de 2010

El Poder Judicial "preocupado y triste" por el apoyo a Garzón

Lo único que genera descrédito hacia el propio Estado de Derecho es que en España sea ilegal investigar los crímenes del franquismo. Lo que causa preocupación y tristeza es que la Falange Española sea un partido legal, que un ex-ministro de Franco, Fraga, sea senador y presidente de honor del partido de la oposición. Esto es una democracia y si los “camisas azules” pueden poner denuncias contra los que quieren juzgar sus crímenes, nosotros podemos organizar cuantos actos y manifestaciones nos dé la gana organizar. Que no se alteren tanto sus señorías, porque el que sean jueces del supremo no nos priva del derecho a opinar que son unos prevaricadores fascistas, y que van a saco a por Garzón. Por supuesto lo hacen con la ley en la mano. Pero también con la ley en la mano Franco asesinó a miles de republicanos y Hitler exterminó a millones de judíos. Así que no vengan ahora a hablarnos de leyes. Las leyes pueden también ser injustas. Los jueces únicamente las aplican, pero es el gobierno el que las redacta y el pueblo, soberano, tiene todo el derecho del mundo a salir a la calle para rebelarse contra ellas si las considera inaceptables. El poder es del pueblo, no lo olvidemos. Salgamos todos a la calle a exigir que se derogue la ley de amnistía, ya.

viernes, 9 de abril de 2010

Juicio a Garzón (Atado y bien atado)

A lo mejor no quedó todo tan bien atado como el genocida pensó que lo dejaba. Puede que el intento de enjuiciamiento del señor Garzón haya hecho despertarse, por fin, a la mitad de un país que había sido obligada a callar y a tragar, por una ley que más que de amnistía debería haberse llamado de amnesia. Nuestros muertos están en la cuneta. Y solamente los nuestros. Basta ya de repetir como loros que hubo víctimas en los dos bandos. Estoy harto de ese mantra fascista que es solamente la media verdad que oculta la otra media. Muertos en ambos bandos, claro que los hubo. Pero los de ellos ya fueron enterrados con grandes honores. Ellos ya tuvieron su reparación histórica. Fue pagada por el generalísimo, el gran dictador, con el dinero de todos. Pero muy especialmente con el dinero de los perdedores, y con su trabajo, y con sus vidas. El infame Valle de los Caídos fue levantado, piedra a piedra, con el sudor y la sangre de los rojos, para regocijo de los azules. Los azules de antes y los de ahora. Que no son distinta cosa. El logotipo del PP puede parecer una gaviota, pero sigue siendo un aguilucho. Disfrazado, eso sí. Lobos con piel de oveja. Perros iguales con distintos collares. Sí, ellos tuvieron ya hace mucho tiempo su reparación histórica. Nosotros todavía no hemos tenido ninguna. Y la exigimos. Así pasen 100 años, la exigiremos. Es una deuda de estado. Es una deuda de todos con una mitad de España que nunca, jamás, ha sido saldada. Los muertos nunca olvidan. Sus familias se encargan de recordar por ellos, especialmente cuando todavía yacen como perros en las fosas comunes de los campos de media España que nuestros jueces fascistas se niegan a autorizar a abrir. En la segunda década del siglo XXI La Falange Española ha sentado en el banquillo al único juez que se ha atrevido a llamar a aquello por su nombre: genocidio. Algo huele a podrido en España y no es precisamente el hedor que desde su tumba exhala el cadáver de quien no tuvo reparo en mandar fusilar a todo el que pensó distinto a él. Es el hedor de los que, treinta y cinco años después de su muerte, siguen pensando como él, y defendiendo su legado. No es a Garzón a quien se disponen a callar, es a la mitad de España. A esa mitad de España que a lo mejor ya no tiene ganas de seguir callada por más tiempo.